errores-comunes-implementar-crm

Errores comunes al implementar un CRM y cómo evitarlos

Aitana Soluciones ERP y CRMCRM Leave a Comment

Implementar un CRM no es como comprarse un móvil nuevo. No basta con elegir el más caro, encenderlo y esperar que todo funcione como por arte de magia. Y es que, ¿sabías que más del 63% de los proyectos CRM acaban en fracaso o no alcanzan los objetivos esperados? Y lo más preocupante es que la mayoría de esos errores se podrían haber evitado con algo tan simple como parar, pensar y planificar con criterio.

Por eso, en este artículo te vamos a contar los errores más frecuentes al implantar un CRM, sí, pero también cómo evitarlos como un auténtico pro. Porque esto no va solo de software, va de estrategia, de personas y de tener un socio tecnológico que sepa de lo que habla. Así que, si estás a punto de implementar un CRM y quieres hacerlo bien desde el minuto uno, ¡sigue leyendo!

Panorama: cifras y contexto

Implantar un CRM suele entenderse como un paso lógico para mejorar la relación con los clientes y organizar mejor la actividad comercial de una compañía. Sin embargo, diversos estudios muestran que muchas empresas no consiguen los resultados esperados. Y es que, el porcentaje de adopción efectiva rara vez supera el 50% en muchas organizaciones.

Los motivos son diversos, pero la mayoría suelen repetirse: se invierte en tecnología sin haber definido con claridad los procesos que se quieren mejorar, se apuesta por soluciones estándar sin personalización ni análisis previo o se implanta el sistema sin tener en cuenta a los equipos que deben utilizarlo en su día a día.

Estas decisiones, aparentemente menores, acaban generando una baja adopción, escaso retorno de la inversión y, en muchos casos, el abandono del proyecto antes de que empiece a ofrecer valor real.

Errores más comunes al implementar un CRM

Falta de objetivos claros y medibles

En muchas ocasiones, las organizaciones deciden implantar un CRM motivadas por la necesidad de mejorar la gestión comercial o de organizar mejor la información. Sin embargo, estas intenciones no siempre se traducen en objetivos concretos y medibles.

Y es que, sin una definición clara de qué se espera conseguir -ya sea aumentar la conversión de oportunidades, reducir el tiempo de respuesta comercial o mejorar la fidelización- es muy difícil medir el éxito del proyecto.

La ausencia de indicadores objetivos impide realizar un seguimiento adecuado del rendimiento del sistema y limita las posibilidades de mejora continua. En consecuencia, lo que suele ocurrir en estos casos, es que se obtiene una solución que, aunque funcione desde el punto de vista técnico, no genera un impacto real en el negocio ni aporta el valor esperado.

Elección de una solución no alineada con las necesidades reales

Aunque es evidente que no todos los CRM son iguales ni todas las empresas comparten las mismas necesidades, suele ser habitual que la elección de la solución se base únicamente en el coste o en la popularidad del proveedor, sin realizar un análisis detallado del negocio ni de sus procesos clave.

Este enfoque conduce a la implantación de sistemas que no se ajusten correctamente a la operativa interna o que resulten excesivamente complejos para los objetivos reales de la organización.

En empresas con requerimientos específicos -por sector, tamaño o modelo operativo- optar por un CRM genérico puede derivar en sobrecostes a medio plazo, personalizaciones innecesarias y una experiencia de usuario poco eficiente, lo que compromete tanto la adopción como los resultados del proyecto.

No involucrar a los usuarios clave

Un CRM no es una herramienta aislada: impacta directamente en el trabajo diario de múltiples departamentos. Sin embargo, en muchas organizaciones la implantación se gestiona de forma centralizada, sin contar con la participación activa de los usuarios que deberán utilizar el sistema a diario.

Esta falta de implicación genera resistencia al cambio, desconfianza hacia la herramienta y una adopción parcial o nula. Y es que, cuando los usuarios no se sienten parte del proceso, no comprenden la utilidad del sistema o lo perciben como una carga adicional, es muy probable que lo rechacen.

Subestimar el tiempo y los recursos necesarios

Implantar un CRM es un proyecto que requiere planificación, coordinación y dedicación. Sin embargo, muchas empresas lo abordan como si se tratara de una simple instalación de software. Este enfoque lleva a fijar plazos poco realistas, a no asignar recursos suficientes o a no prever las tareas necesarias para una implantación ordenada.

La consecuencia más habitual es una implantación que se alarga más de lo previsto, con interrupciones y tensiones internas. Además, en estos casos, es frecuente que se recorten etapas clave -como la formación o las pruebas- para cumplir con los plazos, lo que afecta directamente a la calidad y al uso posterior del sistema.

Mala calidad de los datos

Un CRM solo puede aportar valor si la información que contiene es fiable, estructurada y actualizada. Sin embargo, es habitual que se subestime el papel que juegan los datos en una implantación. Y es que, muchas veces se migra la información sin validarla previamente, sin eliminar duplicados o sin revisar su coherencia con otros sistemas.

Esto genera errores como: registros duplicados, datos obsoletos, campos incompletos o inconsistencias que afectan directamente a la usabilidad del sistema y reducen la confianza de los usuarios. En otros casos, la migración se deja para el final o se realiza de forma apresurada, lo que da lugar a una base de datos que no refleja con precisión la realidad del negocio.

Falta de formación y soporte post-implantación

La implantación técnica de un CRM no marca el final del proyecto, sino el comienzo de su uso. A pesar de ello, muchas empresas no dedican el tiempo suficiente a formar a los usuarios o a ofrecerles soporte continuo tras la puesta en marcha del sistema.

Sin un acompañamiento posterior, los usuarios tienden a volver a sus métodos anteriores dejando el CRM de lado. Por lo tanto, esta desconexión entre la herramienta y el día a día del equipo comercial suele ser uno de los principales motivos de abandono del sistema a medio plazo.

No contar con un partner tecnológico con experiencia

La elección del partner tecnológico es un factor decisivo en el éxito de cualquier implantación de CRM. Sin embargo, muchas organizaciones optan por proveedores sin la experiencia necesaria, sin especialización en su sector o que no ofrecen un acompañamiento estratégico a lo largo del proyecto.

Trabajar con un partner inadecuado limita el alcance del sistema, genera una dependencia excesiva y da lugar a una implantación puramente técnica, sin tener en cuenta el impacto real en los procesos de negocio. Esto no solo complica la toma de decisiones y ralentiza el desarrollo del proyecto, sino que también incrementa el riesgo de que el CRM no cumpla con las expectativas ni aporte el valor previsto.


Artículos recomendados:


Buenas prácticas para una implementación de CRM exitosa

Error comúnCómo evitarlo
Falta de objetivos claros y medibles1. Definir desde el inicio qué se espera del CRM con indicadores concretos (KPIs): tasas de conversión, reducción de tiempos, mejora en la atención, etc.
2. Establecer metas realistas y alineadas con la estrategia de negocio.
Elección de una solución no alineada con las necesidades reales1. Analizar los procesos internos antes de seleccionar una herramienta.
2. Apostar por un CRM que se adapte al modelo de negocio y que permita escalabilidad e integración con otros sistemas.
3. No basar la decisión solo en el coste.
No involucrar a los usuarios clave1. Integrar a los usuarios desde las primeras fases del proyecto.
2. Escuchar sus necesidades para asegurar la adopción del sistema y reducir la resistencia al cambio.
Subestimar el tiempo y los recursos necesarios1. Planificar con detalle el proyecto: fases, tareas, responsables y tiempos realistas.
2. Asignar recursos adecuados y contemplar márgenes para imprevistos.
Mala calidad de los datos1. Realizar un análisis previo de la información a migrar.
2. Limpiar, validar y estructurar correctamente los datos antes de su carga.
3. Contar con herramientas y controles de calidad de datos para garantizar la fiabilidad del sistema.
Falta de formación y soporte post-implantación1. Diseñar un plan de formación práctico y adaptado a cada rol.
2. Ofrecer soporte continuo tras el arranque para resolver dudas, fomentar el uso y acompañar a los usuarios durante la adopción.
No contar con un partner tecnológico con experiencia1. Elegir un partner con experiencia demostrada en CRM y conocimiento del sector.
2. Valorar su capacidad de acompañamiento estratégico y su historial de proyectos reales.
3. Apostar por socios certificados y especializados.

¿Cómo puede ayudarte Aitana a implantar un CRM?

En Aitana llevamos más de 40 años ayudando a empresas a transformar sus procesos comerciales, de marketing y atención al cliente a través de soluciones CRM adaptadas a sus necesidades reales.

Nuestro método de trabajo no se basa solo en implantar tecnología: analizamos tu modelo de negocio, identificamos oportunidades de mejora y diseñamos un sistema que se alinee con tus objetivos.

Además, nuestro enfoque está orientado a resultados, y eso significa que no implementamos por implementar, sino para que el CRM funcione, se utilice y aporte valor desde el primer día.

banner-aitex-cde-crm-sales


¿Estás pensando en implantar un CRM, pero no sabes por dónde empezar y no quieres que salga mal? ¡Rellena el formulario y nuestros expertos se pondrán en contacto contigo para que tengas una implantación perfecta!



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *