Comenzamos este nuevo año y retomamos una de esas iniciativas que tanto nos gustan (y creemos que a vosotros también). Nuestro entrevistado entró en la compañía hace poco más de un año y ya es una pieza fundamental. Licenciado en Economía por la Universidad de Alcalá, nos cuenta que pronto comenzó a realizar prácticas en una consultora tecnológica multinacional, donde tuvo su primer contacto con el ERP Navision Financials. ¡Hoy conocemos un poquito más a Santiago Navarro!
Recuerdo que me facilitaron un enorme manual, que todavía conservo -nos confiesa con una sonrisa-, y fui poco a poco asimilando. Reconozco que al principio me costó bastante y los primeros datos eran para mí toda una verdadera aventura.
Fue en esa multinacional donde adquirí los conocimientos básicos para empezar a rodar como consultor. Pasados dos años, y viendo que mi crecimiento profesional se había estancado, decidí cambiar de empresa y tuve la suerte de entrar en otra gran consultora de capital español, en la que estuve 9 años. Allí aprendí las mejores prácticas de consultoría a nivel NAV, además de consultoría de procesos, gestión de proyectos, realización de preventas, CRM, aplicaciones de tesorería y Business Intelligence.
Mi periplo en la compañía que mencionaba se acabó desgraciadamente por una fusión. Después de unos cuantos años en los que me embarqué en proyectos de gran envergadura a nivel nacional que ampliaron enormemente mi bagaje profesional en el mundo NAV, opté por aceptar la llamada de Aitana, entrando a formar parte de esta, nuestra compañía, el 1 de enero de 2019.
Me encargo de garantizar el éxito de los proyectos no solo a nivel de rentabilidad sino, por supuesto, a nivel de cumplimiento de plazos y calidad de estos.
Considero que es fundamental lograr una comunicación fluida con los clientes, generar en ellos la confianza y mostrar que Aitana es un socio que va a solucionar sus necesidades a nivel tecnológico.
Una faceta también importante de mi trabajo radica en la anticipación de los posibles riesgos que puedan surgir durante la vida de los proyectos, así como la propuesta de soluciones que puedan mitigarlos.
La principal inquietud que suele ser común en los clientes cuando se embarcan en un proyecto de implantación de software radica en “si realmente la selección del ERP que han realizado es la correcta”.
Es un miedo generalizado y entendible ya que realizan una importante inversión, siendo además el ERP, el motor de la gestión de los procesos de su empresa.
Fundamental en este aspecto es que la fase de preventa se haya realizado de forma óptima. Luego, una vez comenzado el proyecto, son los consultores los que tienen que ir poco a poco defendiendo las bondades del ERP y aportando las soluciones que conlleven la optimización de los procesos de forma estándar. Eso será lo que finalmente acabe generando la confianza en el sistema por parte de los clientes.
Al ser NAV (ahora Business Central) un ERP de Microsoft, su evolución ha ido acorde a la evolución de las soluciones de negocio a nivel global. Desde mi punto de vista, el gran cambio que ha sufrido el ERP desde que yo empecé en este mundillo es la ocurrida en el ultimo año y medio, cuando se convirtió en Business Central. Fue en ese momento cuando el antes conocido como Navision se asentó en el modelo “on-cloud” y el “pago por uso”. Aquí también es importante destacar el papel de la gestión del código fundamentado en extensiones.
Creo que la principal bondad de Business Central es la “usabilidad” y la “navegabilidad”. Estas características hacen que sea un ERP que capte desde un primer momento la atención de nuestros clientes.
Recuerdo un proyecto en el que estuve involucrado prácticamente 2 años como jefe de proyecto/consultor, que me hizo crecer enormemente como profesional, debido a su elevada complejidad. Entonces tuve la suerte de contar con un equipo profesionales excelente, así como con un equipo por parte del cliente excepcional, lo que facilito el éxito final del mismo.
Durante este periodo de tiempo, tuve que renunciar a ciertas prioridades habituales en la vida de cualquier persona, pero con el paso del tiempo, he comprobado que la experiencia tuvo mucho valor para mi carrera profesional y realmente mereció la pena.
Considero, que por encima de todo, soy una persona sincera, defensor de la metodología y de aplicar, en la medida de lo posible, las mejores prácticas que he ido aprendiendo. Eso sí, tratando siempre de aportar valor añadido a nuestros clientes, que creo que, al final, es lo que diferencia a los que nos dedicamos a este mundo.