Desde hace ya unos años se observan ciertas tendencias en los ERP que con el transcurso del tiempo no hacen más que confirmarse.
La subida al Cloud y la movilidad
Es un camino que afecta de forma transversal a toda la sociedad, en todos los ámbitos de la vida. Hace no tantos años las comunicaciones suponían un freno y planteaban problemas de conectividad entre las sedes centrales de las empresas y el resto de sus centros de trabajo.
En algunos casos esto podía suponer la disposición del software de manera distribuida o la contratación a las operadoras de costosas líneas de comunicación dedicadas a tal fin. Otra ventaja derivada de la evolución de las comunicaciones en los sistemas de gestión empresarial ha sido la conexión móvil.
Esto afecta especialmente a algunos perfiles de la empresa, especialmente a la fuerza de ventas y a la prestación de servicio en cliente. En pocos años estos profesionales han pasado de no disponer de acceso a la información corporativa y rellenar plantillas de pedidos o de partes de trabajo, que en el mejor de los casos tenían soporte informático y al llegar a la oficina debían volcar al sistema de gestión, a abrir una aplicación en un dispositivo móvil para hacer su trabajo.
Esto ha supuesto un ahorro de tiempo muy importante puesto que la información generada durante la operativa de estos profesionales debía ser luego volcada o transcrita, y además tampoco estaba disponible para el resto de profesionales de la empresa, con los que se alargaba la duración de los procesos de negocio.
Estandarizar
La pasada década desde Microsoft se animaba a los partners de soluciones de negocio al desarrollo de verticales sectoriales. Que cada sector tuviera su vertical y a poder ser certificado por el fabricante. Recuerdo que había incluso un eslogan ‘Go vertical’. Desde hace algunos años la tendencia es la contraria. Ahora la tendencia sería ‘Go estandar’.
Este cambio de estrategia ha tenido su reflejo en la dinámica de publicación de nuevas Release del producto Dynamics NAV por parte del fabricante. Si antes entre cada nuevo lanzamiento de versión podían transcurrir de tres a cuatro años, desde hace unos años la cadencia de publicación es anual.
Las empresas podrían cambiar de versión cada año, pero esto tiene un coste de upgrade que, según las circunstancias, puede ser considerable. Este es uno de los principales motivos para mantener el software lo más estándar posible.
De hecho, como más estándar sea más fácil resultará su actualización a nuevas versiones. Otras ventajas relevantes del software estándar serían la propia estabilidad y garantía, y la independencia del Partner implantador de las adaptaciones.
Por otra parte, hay otra novedad en línea con este cambio de estrategia y que viene para facilitar la arquitectura y la migración de versiones del producto: las extensiones.
Extensiones
Este nuevo concepto viene a ser, explicado de manera sencilla, el desarrollo de las adaptaciones particulares utilizando una arquitectura en la que la aplicación original estándar está en el núcleo y sobre este núcleo se pueden añadir, en otras capas, las adaptaciones mediante el uso de esta herramienta. El impacto en los proyectos de upgrade es evidente al facilitar el cambio de ‘núcleo’, que sería cambiar un producto estándar por otro, y luego volver a colocar las Extensiones sobre el nuevo núcleo.
Estas tendencias se han ido confirmando en los últimos años y las Extensiones, por ser la más reciente, es la que podríamos prever que más va a evolucionar en el futuro próximo.
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