No hace mucho mencionaba yo el Yottabyte (10e24 bytes) en un blog. Esto, que hoy es aún quimera, será realidad dentro de un par de décadas. Pero mi reflexión de hoy, creo que será irrelevante. Por ejemplo, hoy ya no hablamos de las micras o millonésimas de micra de los chips porque por una parte no nos hace falta y por otra escapa al ámbito de comprensión medible de nuestro cerebro.
Lo mismo sucede con la capacidad de almacenamiento. Hablamos mucho aún del Terabyte y creo que a partir del Petabyte dejaremos de hablar de ello. Simplemente porque nos acercaremos al “infinito” y dejará de ser un problema (aunque durante tiempo hablaremos de las redes de comunicación que aún son finitas y no perfectas). Hace poco Microsoft anunció 1 Terabyte de almacenamiento disponible por usuario en su nube de O365 y, tal día como hoy, me dicen que en breve será ilimitado. Es un ejemplo de lo que digo. Ya da igual. Está allí en mi nube y tengo todo lo que quiera.
Pero ¿qué tiene que ver esto con el título de mi post?….. mucho.
En un reciente estudio/encuesta en España de CB Consulting, después de muchos años de recorrido hacia el cloud se muestra que hoy un 30% de Pymes ya lo han adoptado y que esta cifra se duplicará en dos años. Hay pues una revolución en el sector propia de un cambio serio de tecnologías. Este cambio por una parte está provocando agitación en el entorno laboral del sector. No hay sensación de desempleo alguna, más bien lo contrario. Los profesionales no saben si dirigirse hacia el cliente final o quedarse en los partners y suministradores.
El cambio hacia la nube enmascara el crecimiento, ya que se pasa de un modelo de “pago una vez” a otro de “pago por uso mensual” y las cifras requieren de un periodo largo de suscripciones para ser comparables. La ausencia de profesionales disponibles en el mercado muestran la mezcla de eventual crecimiento y a la vez de demanda temporal creada por el período transitorio.
La lógica consecuencia, en mi opinión, de esta turbulencia es que unido al inexorable cambio hacia la nube, las empresas externalizarán todo lo que no sea su “core business” incluido, por supuesto, todo su IT. Por tanto, los profesionales que ahora estén haciendo un viaje de ida desde las empresas suministradoras hacia clientes finales deberán volver mientras haya sitio, ya que son las empresas suministradoras las garantes al final de la estabilidad y soporte del servicio. Dichas empresas de IT necesitan profundas transformaciones, en las que ahora se hallan inmersas, para subsistir. Sólo unas pocas lo harán y se crearán muchas otras pero con foco hacia la nube y con estructuras muy ligeras, incluso de personal, ya que la nube conlleva mucha estandarización.
Una vez pasada la etapa de turbulencia, habrá una laminar, que provocará sin duda un reajuste del mercado laboral del sector IT, hoy hinchado por el cambio de tecnología. Pero este será un tema de pasado mañana…
Autor: Pedro de Castro, Director de Aitana